Me encanta
mi trabajo, hay días duros, días buenos y días especiales en los que ocurren
pequeñas cosas que hacen que te vayas a casa con una sonrisa.
La
sonrisa que me llevé ayer, todavía
permanece en mi cara.
Como
muchos sabéis, el próximo curso cambio de centro y mis alumnos han querido mostrarme
su afecto usando su creatividad e
imaginación. ¿Qué más podría yo pedir?